Las autoridades federales ofrecen consejos para afrontar las crecientes temperaturas veraniegas
MIÉRCOLES, 2 de julio de 2014 (HealthDay News) -- El calor del verano pone a todo el mundo en riesgo de enfermedades relacionadas con el calor, pero las personas mayores y las que sufren de problemas crónicos de salud son particularmente vulnerables.
Las enfermedades por el calor, conocidas en conjunto como hipertermia, incluyen a los calambres por calor, el agotamiento por calor, la fatiga por calor y una afección potencialmente letal conocida como insolación. El riesgo de una enfermedad por el calor de una persona depende de varios factores, entre ellos la temperatura exterior, la salud general y el estilo de vida individual, según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA) de EE. UU.
El NIA dice que los factores individuales y de salud que aumentan el riesgo de una enfermedad por el calor incluyen:
- Cambios en la piel relacionados con el envejecimiento, como la mala circulación y unas glándulas sudoríparas ineficientes.
- El consumo de alcohol, la deshidratación y tener un peso excesivo o insuficiente significativo.
- Enfermedades del corazón, los pulmones y los riñones, así como cualquier enfermedad que cause debilidad general o fiebre.
- La hipertensión u otras afecciones que exijan cambios en la dieta. Por ejemplo, las personas que deben restringir la sal podrían estar en mayor riesgo. Pero las personas no deben tomar pastillas de sal sin consultar primero al médico.
- La sudoración reducida provocada por medicamentos como los diuréticos, los sedantes, los tranquilizantes y ciertos fármacos para el corazón y la presión arterial.
- Tomar varios medicamentos. Pero debe seguir tomando todos los medicamentos recetados y hablar sobre los posibles problemas con el médico.
Entre los factores del estilo de vida que aumentan el riesgo de enfermedad por el calor se incluyen: vivir en una vivienda sin aire acondicionado, no beber suficiente agua, no comprender cómo responder ante las condiciones climáticas, vestir demasiada ropa, acudir a sitios con demasiada gente, tener dificultades para moverse, y una falta de acceso al transporte, según el NIA.
Las personas mayores, sobre todo las que tienen afecciones crónicas de salud, deben permanecer bajo techo en los días calurosos y húmedos, sobre todo cuando haya una alerta de contaminación del aire. Deben tener aire acondicionado, o al menos un ventilador y que el aire circule.
Las personas sin aire acondicionado deben acudir a espacios públicos que tengan aire acondicionado, como centros de la tercera edad, bibliotecas, centros comerciales y cines. Otra opción es ir a un centro de refrigeración, que son dirigidos por las agencias locales de salud pública, los grupos de servicios sociales y otras organizaciones en muchas comunidades, aconseja el NIA.
Si alguien parece estar sufriendo de una enfermedad provocada por el calor, sáquelos del calor y llévelos a un lugar con sombra, fresco o con aire acondicionado, y haga que se acuesten. Si sospecha que se ha producido una insolación, llame al 911.
Aplique toallas frías y húmedas a las muñecas, cuello, axilas e ingles de la persona. La sangre pasa cerca de la superficie de la piel en esos lugares, y colocar toallas frías en esos puntos puede ayudar a enfriar la sangre. Otra opción es ayudar a la persona a bañarse o a pasarse una esponja con agua fresca, según el NIA.
Si la persona puede tragar de forma segura, ofrézcale líquidos como agua, o jugos de frutas y verduras. No le ofrezca bebidas alcohólicas ni con cafeína.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTE: U.S. National Institute on Aging, news release, July 2, 2014
HealthDay
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