martes, 29 de diciembre de 2015

Flatulencia: Como evitar los Gases.

La flatulenciatambién se conoce con el nombre demeteorismo, aerofagia, sensacion de plenitud abdominal y gases abdominales. Es debida a la presencia de aire o de gases en el intestino que puede o no expulsarse a través del ano, o bien en ocasiones se expulsa por la boca en forma de eructos.
El exceso de gases que se acumula en el intestino y que además de provocar una distensión abdominal (hinchazón del abdomen), causa espasmos intestinales.
El gas acumulado en el intestino procede de dos vías distintas; en parte, del aire que se ingiere al tragar los alimentos, pero este gas también puede ser el producto de la fermentación que llevan a cabo las bacterias de la flora intestinal. Si estos gases se producen de forma excesiva o se retienen pueden producir dolores abdominales, a veces intensos, en general de forma aguda (cólicos) pero en otras ocasiones persistente y leve ( pesadez de estomago).
A pesar de ser un síntoma muy molesto no suele ser debido a enfermedades importantes. También puede ocurrir que sin ninguna alteración de la cantidad de gases se pueda producir el dolor abdominal por el aumento de la sensibilidad de la mucosa intestinal a unos gases normales, como ocurre en ciertas enfermedades intestinales.

Como evitar que se produzcan los gases

Entre las causas más frecuentes de aumento de gases están:
  • El comer con rapidez y por ello tragar aire (aerofagia).
  • Comer con exceso alimentos ricos en fibras, que son poco digeribles.
  • En personas predispuestas, comer alimentos mal tolerados como la leche en las personas intolerantes a lactosa.
· Problemas pancreáticos, pancreatitis.
· Síndromes de malabsorción intestinal, suelen ser secundarios a otras enfermedades.
· Alteraciones de la flora intestinal por el uso de antibióticos.
Como las causas del exceso de gases son de hábitos personales, sólo cambiando los mismos puede mejorar el problema.
· Debe de comer menos alimentos con fibra, principalmente cereales, pan integral, verduras (la coliflor, las espinacas, la lechuga, etc, ...).
· Comer despacio, masticando bien los alimentos antes de ser tragados, para así evitar tragar una cantidad excesiva de aire mientras se come.
· Relajarse después de la comida.
· Evite masticar chicles.

Fitoterapia para los gases intestinales, flatulencias

A la hora de combatir el exceso de flatulencia, es muy recomendable emplear algunas plantas medicinales para los gases. Estas hierbas ayudan a digerir mejor las comidas y evitar ese molesto meteorismo :
·  La Melisa, Manzanilla, Maria Luisa, Tila y Pasiflora son básicas cuando los los gases intestinales son causados por nervios. Hinojo, Comino, Anís estrellado, Anís verde y Alcaravea son útiles en todos los casos.
  • La Menta, el Boldo y el Poleo nos ayudan cuando las digestiones son demasiado lentas.
  • Una infusión ideal podría ser tomando una planta de cada uno de los tres grupos anteriores (p.e. Melisa, Anís y Boldo).
  • El carbón vegetal de uso dietético o medicinal absorbe los los gases intestinales y el exceso de acidez del transito digestivo, expulsándolos a través de las heces.

El caso de las legumbres

Es bien sabido que tras degustar un buen plato de garbazos, lentejas o alubias mucha gente nota hinchazón abdominal, una consecuencia incómoda que hace que en más de una ocasión las nutritivas legumbres sean rechazadas.
La causa de este exceso de gases la tiene uno de sus componentes: los oligosacáridos no digeribles, en concreto la rafinosa y la estaquiosa. Estos oligosacáridos no digeribles son resistentes al ácido gástrico y a la acción de las enzimas digestivas, y por tanto entran intactos en el intestino grueso y son fermentados por las bacterias que residen en él. Como consecuencia de esta fermentación se forma gas, hecho que explica los problemas de meteorismo y flatulencia que aparecen tras la ingesta de legumbres.
Para evitar o reducir la flatulencia tras consumir legumbres pueden aplicarse diferentes técnicas muy sencillas:
  • Romper el hervor mientras se están cociendo las legumbres, retirando la cazuela del fuego durante unos minutos o bien añadiendo agua fría al agua hirviendo. De este modo se reducen al máximo los oligosacáridos productores de gas. A esto es lo que nuestras abuelas llamaban "asustar a las lentejas", se ve que tenían ya mucho sentido común.
  • Tomar las legumbres en puré o pasadas por el chino para quitarles la piel. Si se mezclan con verduras o con patatas resultan más suaves y si se les añaden durante la cocción condimentos carminativos como comino, anís, romero, tomillo o hinojo, entre otros, se facilita su digestión y se reduce el cúmulo de gases.
  • Terminar la comida con una infusión digestiva, de alguna de las plantas antes mencionadas.

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martes, 15 de diciembre de 2015

Estos 10 alimentos es imprescindible que sean ecológicos.

Estos 10 alimentos es imprescindible que sean ecológicos

Siempre son preferibles los alimentos biológicos que los que puede comprar en cualquier supermercado que no siguen esos criterios en su cultivo o su cría. Pero hay diez alimentos concretos en los que no es preferible, sino que es imprescindible. El sitio web Bioalaune ha elaborado una lista con esos 10 alimentos que es obligado consumir de producción ecológica. (1) 

Se trata de las lechugas, las fresas, las manzanas, las uvas, los pimientos, las patatas, la carne de vacuno, la leche, el pollo y los huevos. 

  1. La lechuga que se consuma debe ser ecológica sin ninguna duda, ya que la comemos cruda. Sus hojas, al ser de gran tamaño, están muy expuestas a los pesticidas, hasta tal punto que el 80% de las lechugas presenta residuos y el 16% contiene incluso sustancias químicas prohibidas. (2)
  2. Las fresas, al cultivarse a ras de suelo, son muy vulnerables a los parásitos y al moho, por lo que son fuertemente tratadas. Desconfíe en especial de las fresas muy rojas, relucientes y sin ningún defecto: es frecuente que hayan sido tratadas con captano, un fungicida que les confiere ese bonito color.
  3. Las manzanas retienen todos los pesticidas en la piel y, como esta piel es muy fina (en comparación con la de la naranja, el plátano, el coco o, incluso, la pera), deja también pasar productos químicos a la pulpa.
  4. La uva. La vid es una planta muy frágil; es una diana fácil para insectos y mohos, por lo que se trata de manera regular con diferentes pesticidas. Y por eso es importante elegir uvas y vinos procedentes de la agricultura ecológica.
  5. El pimiento. Porque comemos el pimiento entero y porque tiene una piel fina también es importante elegirlo ecológico. El pimiento ha sido catalogado entre las hortalizas más expuestas a los pesticidas durante su cultivo por la gran ONG estadounidenseEnvironmental Working Group.
  6. La patata. Cuando no es de cultivo ecológico, es un concentrado de pesticidas. Durante su cultivo es sometida por término medio a cinco tratamientos, lo que tiene como consecuencia que en su piel se encuentren residuos, incluso después de limpiarlas.
  7. La carne de vacuno no debe consumirse si no podemos conocer con precisión su origen, su alimentación y su modo de cría. Es un hecho que existen problemas en cada etapa. Recordemos que la vaca es un rumiante que se alimenta en la naturaleza de hierbas y de hojas, no de granos de maíz ni de pienso de turtó de soja.

    • Una alimentación rica en cereales vuelve a los animales enfermos y obesos, lo que resulta ventajoso desde el punto de vista comercial para las carnes vendidas al peso, pero no para la calidad de la carne.
    • Por otra parte, una alimentación natural a base de pastos en verano y heno en invierno produce en el animal una grasa más sana, más rica en omega 3. No obstante, hay que tener cuidado con lo que los animales pacen en las zonas naturales, ya que los pesticidas se concentran en la carne animal, donde su concentración es 14 veces más elevada que en los vegetales.
    • El caso es que todos los años se administran a los animales de cría grandes cantidades de antibióticos para prevenir todo tipo de enfermedades y favorecer el incremento de peso. Estos antibióticos se encuentran sin ningún género de dudas en el filete que luego usted se come (67,7 mg por kg de carne) y luego pasan al organismo, lo que favorece la aparición de bacterias resistentes. Es el colmo, cuando al mismo tiempo se sabe que hay que evitar abusar de los antibióticos.
  8. La leche: el fenómeno de la bioconcentración de los pesticidas se produce también en la leche y los productos lácteos. Contienen de media 5,5 veces más residuos de pesticidas que los vegetales. Por otra parte, la leche de ganadería industrial es demasiado rica en hormonas bovinas y en factores de crecimiento, que favorecen el aumento de peso y también aumentan el riesgo de cáncer. Hay que saber que actualmente se sigue tratando a las vacas tras haber sido inseminadas.
  9. El pollo. Por desgracia, el pollo hormonado no es una leyenda. Las granjas de cría intensiva de pollos utilizan las hormonas tanto como los medicamentos y los antibióticos, que son indispensables para evitar las epidemias en estos entornos semejantes a campos de concentración. Un pollo ecológico criado al aire libre, a ser posible en un corral que usted conozca, no tendrá ni el mismo sabor, ni la misma textura, ni los mismos peligros para su salud.
  10. Los huevos. Al igual que los bovinos, los pollos no comen en estado natural grano ni cereales. La gallina que vive en libertad es un animal que come lombrices, babosas, caracoles, semillas y vegetales que picotea a su alrededor. Tiene necesidad de rascar la tierra y, con esa dieta, produce normalmente huevos ricos en omega 3.

Otras cosas que añadir a la lista

A esta lista tan interesante, añadiría en primer lugar que todas las hortalizas y frutas ecológicas son preferibles a las hortalizas y frutas producidas por la agricultura convencional.

Del mismo modo que evito gastarme el dinero en ilusorias “galletas ecológicas” y otros dulces, incluidas las bebidas azucaradas, me resulta difícil imaginar que dé igual que una hortaliza o una fruta sea ecológica o no. 

Porque no hay que olvidar que, por un lado, está la cuestión del contenido en pesticidas, vitaminas y nutrientes -que no es el mismo en unos y otros- y, por lo tanto, los efectos sobre su propia salud. Pero también está la cuestión, que también es muy importante, de los métodos que se emplean en uno y otro tipo de agricultura sobre los suelos y el medio ambiente en general. 

Y algo muy importante también: a esta lista añado los aceites. Los aceites son cuerpos grasos que tienen una gran capacidad de atrapar las moléculas que estén a su alcance. Por eso, si pone mantequilla al lado de una cebolla o un pescado, cogerá rápidamente el gusto de éstos. Es el motivo por el que los aceites se utilizan tradicionalmente como sustratos para los perfumes y es también el motivo de que, por ejemplo, haya que evitar cortar la mantequilla con el mismo cuchillo con el que acabamos de pelar un ajo. 

Por lo tanto, yo siempre elijo mis aceites con el máximo cuidado: no sólo tienen que ser ecológicos, vírgenes y de primera presión en frío (por consiguiente sin disolventes), sino que también es muy importante adquirirlos en botellas de vidrio oscuro para proteger el aceite de los efectos oxidantes de los rayos ultravioleta que destruyen los ácidos grasos poliinsaturados más frágiles, sobre todo los omega 3. Puede también comprar el aceite en lata, pero cuesta más encontrarlo así. 

¡A su salud! 

Juan-M. Dupuis 

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Fuentes: 


  1. “Les 10 aliments à consommer bio absolument”. Publicado el 27.10.15 en bioalaune.com. 
  2. “Exppert 5: Des pesticides dans des salades”. Publicado el 22.09.15 en generations-futures.fr.