sábado, 12 de enero de 2019

Descubren genes alterados implicados en la aparición de fibromialgia.

Descubren cuáles son las principales vías genéticas alteradas que intervienen en el desarrollo de la fibromialgia y conectan esta enfermedad con la fatiga crónica, y que ayudarán a encontrar nuevas dianas terapéuticas.

Escrito por: EVA SALABERT
        17/12/2018






Un estudio genético en el que han participado 28 mujeres, de entre 28 y 55 años de edad, a las que se les había diagnosticado fibromialgia en base a los criterios del Colegio Americano de Reumatología, ha permitido identificar 57 genes que conforman una firma genética a pequeña escala para detectar esta enfermedad reumática.
En el estudio, que ha sido realizado por investigadores del Grupo de Problemas Inversos, Optimización y Aprendizaje Automático de la Universidad de Oviedo, con los que han colaborado investigadores de la Universidad John Hopkins (EE.UU.) y del National Institute of Nursing Research del National Institute of Health de Estados Unidos, se comparó a estas pacientes con fibromialgia con un grupo de mujeres sanas, de entre 28 y 51, que actuó como control.
La vía de señalización del glutamato, un neurotransmisor clave en la depresión y el síndrome de fatiga crónica podría desempeñar un importante papel en la aparición de fibromialgia.

Los análisis revelaron que las tres principales vías genéticas alteradas en los pacientes con fibromialgia se asocian con la activación de células estrelladas hepáticas (adipocitos hepáticos), que indican lesiones en el hígado, fosforilación oxidativa, y trastornos de las vías respiratorias como la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica).
La vía de señalización del glutamato, un neurotransmisor clave en la depresión y el síndrome de fatiga crónica podría desempeñar un importante papel en la aparición de fibromialgia, según los investigadores, que también comprobaron una expresión alterada de genes que intervienen en la atenuación de la tasa metabólica y de las vías inflamatorias relacionadas con el interferón alfa –una citocina que contribuye a regular la respuesta inmune frente a infecciones.

Conexión entre fibromialgia y síndrome de fatiga crónica

Aunque son necesarios nuevos estudios que confirmen los resultados de la investigación, Juan Luis Fernández-Martínez, uno de los autores de la misma, ha explicado que los hallazgos conectan la fibromialgia con el síndrome de fatiga crónica, por lo que su objetivo a largo plazo es analizar sus diferencias y los mecanismos que comparten, y compararlos con las vías alteradas en la esclerosis múltiple.
En opinión de los autores del trabajo los resultados obtenidos, además de tener utilidad a nivel diagnóstico, contribuirán a buscar nuevas dianas terapéuticas y a desarrollar medicamentos que permitan regular adecuadamente los genes alterados y a reducir sus efectos adversos y, consecuentemente, aliviar los síntomas de la fibromialgia, como la hipersensibilidad al dolor, los trastornos del sueño y digestivos, el cansancio, o los problemas de memoria y concentración, entre otros.


Un sistema inmune hiperactivado podría causar la fatiga crónica.

Científicos británicos han encontrado una posible explicación al origen del síndrome de fatiga crónica: los síntomas podrían comenzar tras una infección, asociados a una respuesta exagerada del sistema inmune del enfermo.

Escrito por: CARIDAD RUIZ
           03/01/2019



El síndrome de fatiga crónica (SFC) o encefalomielitis miálgica podría estar causado por un sistema inmunitario hiperactivo, según un estudio del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencias del King’s College de Londres (Reino Unido), publicado en Psychoneuroendocrinology, que ha revelado que cuando el organismo tiene una respuesta inmunitaria exagerada puede desencadenar este trastorno. El estudio se inició porque es frecuente que las personas con esta patología recuerden que los primeros síntomascomenzaron tras una infección.
Para llevar a cabo la investigación, los científicos eligieron a 55 enfermos de hepatitis C que habían recibido interferón alfa de 6 a 12 meses. Este fármaco se utiliza para tratar esta enfermedad, y en algunas personas causa un cansancio persistente. A los participantes se les hizo un estudio antes, durante y tras el tratamiento, para medir sus niveles de fatiga y sus marcadores inmunitarios. De todos ellos, 18, es decir, alrededor de un tercio, desarrollaron un agotamiento que duró más de seis meses después de acabar con la medicación. 

Una respuesta inmunitaria exagerada puede desencadenar cambios en el cerebro, los músculos y el metabolismo, provocando un cansancio persistente.

Una respuesta inmune aumentada.


Este grupo, que antes del tratamiento no había referido fatiga, experimentó una mayor respuesta inmune: los resultados de sus análisis sanguíneos demostraron que los niveles de moléculas mensajeras del sistema inmune interleucina 10, e interleucina 6, se había duplicado, aunque ya estaban algo elevados antes de comenzar la terapia.
Según los expertos, estos datos sugieren que las personas que desarrollan SFC tras una infección lo hacen porque su sistema inmunológico se encuentra diseñado, quizás genéticamente, para reaccionar de manera exagerada. Lo más curioso es que una vez que estos pacientes desarrollaron unos síntomas similares a la fatiga crónica ya no se observaron grandes diferencias en sus niveles de moléculas del sistema inmune en comparación con los que no desarrollaron el cansancio.
Al mismo tiempo, los investigadores analizaron los sistemas inmunitarios de 54 personas sanas y 57 con SFC, y compararon los resultados, sin encontrar diferencias. Según los investigadores, esto prueba que cuando la persona desarrolla este trastorno, el sistema inmunológico ya no está hiperactivado. Señalan también que una respuesta inmunitaria exagerada puede desencadenar cambios en el cerebro, los músculos y el metabolismo, provocando un cansancio persistente.

Un problema de salud cuyo origen no se ha determinado

El síndrome de fatiga crónica es una patología muy compleja que se caracteriza por que el enfermo experimenta un cansancio extremo que no se puede achacar a otra enfermedad. El agotamiento no mejora con el descanso, como sería lo habitual, pero sí empeora con la actividad física o mental. Además, pueden aparecer otros síntomas, como dolor en las articulaciones, problemas para dormir, y un malestar muy similar al de la gripe.
Los médicos desconocen qué causa este trastorno. Existen diferentes teorías, como que se debe a infecciones virales o bacterianas, modificaciones en el sistema inmunológico, desequilibrios hormonales, o incluso problemas de salud mental. Por ello, no hay ninguna prueba que permita diagnosticarlo, y los tratamientos disponibles solo alivian los síntomas.