martes, 30 de agosto de 2016

El cáncer, más rentable que Google.

Hasta ahora creíamos que el CEO mejor pagado en 2015 había sido Sundar Pichai, CEO de Google, con 151,9 millones de dólares. (1) 

¡Pues no! Nos hemos enterado de que le han desbancado. En realidad, el CEO mejor pagado el año pasado fue el Dr. Patrick Soon-Shiong, ¡experto en cáncer! (2) 

¡¡329,7 millones de dólares!!

Sólo en 2015 ganó 329,7 millones de dólares, lo que equivale al sueldo de cien años de un empresario medio del Ibex 35 y al sueldo de 10.000 años de un trabajador medio occidental.

¿Y qué hace este hombre con sus fabulosos ingresos? “Vive la vida” en California. 

El Dr. Soon-Shiong se casó con la actriz Michele B. Chan (que salía en la serie de televisiónMacGyver). Es dueño de una parte del famoso equipo de baloncesto de Los Angeles Lakers, que compró al jugador “Magic” Johnson. Tiene cinco mansiones en Los Ángeles, una de ellas con cuatro plantas subterráneas, una sala de cine de tamaño real y más de 2.000 metros cuadrados habitables… (3) 

Se codea con la flor y nata de Hollywood y se deja ver en público junto al rapero Will.I.Am (foto inferior), el intérprete de “I like to move it”. 





Y eso no es todo. El Dr. Soon-Shiong tiene las bendiciones del Vaticano, pues el pasado mes de abril recibió el “Premio pontificio al visionario clave” (Vatican Key Visionary Award) de manos del Cardenal Ravasi. (4) 

Un médico “innovador”… ¿se merece esta distinción?

Después de una pequeña búsqueda en Internet, descubrí que el Vaticano concede este premio como “reconocimiento a los innovadores médicos que cambian el curso de la historia y reducen el sufrimiento a escala global, combinando un pensamiento visionario y una acción real”. 

¡Guau! Eso lo explica todo. Si el doctor Soon-Shiong ha “reducido el sufrimiento humano a escala global”, entonces claro que se merece unos cientos de millones de dólares a modo de recompensa, me dije a mí mismo. 

Sin embargo, tras recabar algo de información me encontré con una imagen del doctor Soon-Shiong completamente distinta. 

1 $ para la investigación… ¡y 99 para el médico!

La empresa del doctor Soon-Shiong que le genera esos ingresos descomunales supuestamente por “investigar sobre el cáncer” no invierte en realidad prácticamente nada en investigación. El verano pasado, dicha sociedad, NantKwest, le pagó 200 millones de dólares a título personal, mientras que tan sólo gastó 3,9 millones de dólares en investigación y desarrollo en el tercer trimestre de 2015. (5) 

Al mismo tiempo, compraba acciones a sus accionistas (entre ellos al doctor Soon-Shiong) por un valor de 50 millones de dólares, algo muy inusual para una empresa que supuestamente se dedica a la investigación médica y que todavía no ha llevado a cabo el más mínimo ensayo clínico, ni ha sacado ni un solo producto al mercado… 

Puede que esa sea la razón por la que, después de estas extrañas operaciones financieras, las acciones de NantKwest se desplomaron un 40% en el primer trimestre del año, arruinando a los pequeños inversores que habían sido lo bastante ingenuos como para invertir ahí su dinero. (6) 

Pero el Dr. Soon-Shiong no es un novato en el terreno financiero. Se hizo rico gracias alAbraxane, un producto lanzado en 2005 que se presentó como toda una revolución contra el cáncer, pero que no es más que un “refrito” (un término vulgar para designar una nueva versión prácticamente igual a la antigua) del viejo paclitaxel

El paclitaxel fue descubierto en 1960, en una época en la que los investigadores americanos analizaban de forma sistemática todas las plantas conocidas para tratar de encontrar un remedio contra el cáncer. 

Hacerse rico aprovechándose de los descubrimientos de otros

Fueron los investigadores del Instituto Nacional del Cáncer en Estados Unidos quienes descubrieron por casualidad que las hojas, ramitas y frutas del tejo del Pacífico contienen una sustancia activa contra determinados tumores sólidos. 

Por desgracia, esta sustancia (taxol) debía ser disuelta en vehículos especiales para poder inyectarse, lo que planteaba graves problemas de toxicidad. Además, existía en cantidades pequeñísimas y había que talar bosques enteros de este árbol, ya escaso de por sí, para tratar a los pacientes. 

Se necesitaron más de treinta años para que el Instituto Nacional del Cáncer en Estados Unidos pudiera por fin producir los principios activos del tejo en el laboratorio. A partir de ese momento, la farmacéutica Bristol Myers Squibb lo pudo comercializar con el nombre dePaclitaxel para tratar el cáncer de ovarios, el cáncer de mama metastásico, el cáncer de páncreas y el cáncer de pulmón. 

La innovación del doctor Soon-Shiong consistió en asociar a la molécula de paclitaxel una nanopartícula de albúmina con el fin de evitar el uso de disolventes y, supuestamente, mejorar su penetración en el tumor. Y así creo el Abraxane. Esto se presentó a los pacientes y a los investigadores como una “revolución”, lo que le permitió al buen doctor hacerse en un tiempo récord con una fortuna de 13.000 millones de dólares. 

¿Pero qué había detrás de todo esto en realidad? 

Cáncer: el gran malentendido entre pacientes y médicos

En realidad, el Abraxane sólo es “revolucionario” para los oncólogos más experimentados, que saben que en la mayoría de los casos no se puede hacer prácticamente nada contra el cáncer sólido. De esta manera, cuando a un oncólogo le brillan los ojos al hablarle de un nuevo tratamiento milagroso que prolonga de manera prodigiosa la vida de los enfermos o su período de remisión, es fundamental evitar malentendidos. 

Lo que a nosotros, como pacientes, nos preocupa es saber cuándo nos vamos a “curar” o, dicho de otra manera, cuándo podremos retomar nuestra vida normal, como después de un catarro o una gripe. 

Pero para el oncólogo, que sabe lo difícil que es tratar un cáncer, esa no es la cuestión: su objetivo es únicamente ralentizar el crecimiento del tumor y alargar el período de supervivencia o remisión de su paciente, a menudo unas semanas o unos meses como máximo. Eso es lo que él tiene en mente cuando habla de un “nuevo tratamiento revolucionario”. 

Así, el Abraxane permite aumentar el período medio de supervivencia de los pacientes con cáncer de páncreas de los 6,7 meses a los 8,5 meses. Es decir: si le diagnosticaran hoy un cáncer de páncreas, este medicamento le permitiría morir el 13 de mayo en lugar del 21 de marzo… Esto ocurriría, como es evidente, con todos los efectos secundarios de la quimioterapia, puesto que el Abraxane provoca graves problemas nerviosos en el 17% de los casos, graves problemas en la sangre en el 27% de los casos (neutropenia, que es cuando se produce un descenso importante de neutrófilos en sangre) así como un riesgo de intoxicación letal en el 4% de los casos. (7) 

Con respecto al cáncer de mama metastásico, otra de las indicaciones del Abraxane, amplía la tasa de supervivencia de 19 a 23 semanas. (8) 

Prolongar el sufrimiento de los enfermos

Esto se puede ver como un avance para los enfermos y como el preludio de una mejoría mayor en el futuro, pero no es más que la historia del vaso medio lleno o medio vacío. Si somos pesimistas (algunos dirán “realistas”), estas cuatro semanas de más, que por lo general tienen lugar bajo los efectos de la morfina, enganchados al gotero, en una cama de hospital, sólo consisten en prolongar de forma cruel la vida de los enfermos, sin proporcionarles ninguna esperanza de que se vayan a curar algún día. 

Y todo ello con un coste económico completamente desorbitado para la sociedad, ya que cada año los sistemas de seguridad social dedican más de 1.000 millones de dólares alAbraxane, una suma descomunal que serviría para proporcionar tratamientos naturales a tantas personas… (9) 

Pero no, para eso no hay presupuesto. 

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27.000 personas ya han firmado por una sanidad pública más completa y natural. Ahora le necesitamos a usted

Hace apenas tres meses lanzamos una petición para solicitar a las autoridades que las terapias naturales sean incluidas en la Seguridad Social. Ello permitiría a cualquier persona con un problema de salud acceder a través de su médico a un universo de soluciones naturales y complementarias a la medicina convencional. 27.000 personas ya han firmado. Necesitamos que la siguiente firma sea la suya.

Súmese ahora a todas estas personas que no se resignan a un sistema de salud monopolístico, gobernado por intereses de la todopoderosa industria farmacéutica y que niega al paciente su derecho a ser tratado con soluciones naturales complementarias. Piénselo, hay mucho en juego. Compruébelo en este vídeo, en el que encontrará todos los argumentos por los que las terapias naturales deberían estar integradas en la seguridad social.

Firmando esta petición contribuirá a una mejor salud para todos.

Continúa el e-letter de hoy:

Medicina y dinero

Mientras el Dr. Soon-Shiong sigue luciéndose entre actores, raperos y jugadores de baloncesto californianos, nosotros nos consolamos recordando que estos líos de dinero no son nuevos en la historia de la medicina… ¡todo lo contrario! 

Si los filósofos y médicos de antaño insistían tanto en exigir una buena moralidad en medicina era precisamente porque la tentación de aprovecharse del sufrimiento de los demás para enriquecerse indebidamente siempre ha sido grande. 

Así, el primer medicamento de verdad que se utilizó en Europa contra las fiebres, la corteza de quina, que fue traída de Sudamérica por los jesuitas, fue hábilmente explotada por un charlatán inglés, Robert Talbor, que consiguió que el rey Carlos II le hiciera noble y que Luis XIV le diera una pensión anual de 2.000 libras de oro. 

Y es que después de comprobar la eficacia de este remedio, a este avispado emprendedor se le ocurrió escribir un libro para denunciar el uso de la quinina y prevenir a la población contra su uso. Recomendaba, en cambio, unos polvos secretos que él mismo fabricaba y que, según decía, sí eran verdaderamente eficaces. Y con ellos de hecho consiguió curar a Carlos II, al Delfín de Francia y a la Reina de España, enfermos de malaria. En realidad, como se descubrió tras su muerte, esos polvos no eran más que… quinina. (10) 

Otra planta eficaz traída de Sudamérica en el siglo XVII fue la ipecacuana, utilizada contra la disentería. El doctor Jean-Adrian Helvétius le hizo pagar a Luis XIV mil luises de oro por su “fórmula” contra la disentería, mientras que a él se la suministraba un valiente mercader recién llegado de América que sólo deseaba curar a los enfermos… y que no recibió nada. 

Pues eso, nada nuevo bajo el sol. 

¡A su salud! 

Juan M. Dupuis 



Fuentes: 

  1. “Google's Sundar Pichai becomes highest-paid CEO in US”. The Guardian. 8 February 2016.
  2. “With $330 Million Award, Doctor Tops Banker in 2015 CEO Pay”. Bloomberg. April 28, 2016.
  3. “Patrick Soon-Shiong's House In Brentwood: The Billionaire Doctor Demolished Seven Houses To Build One Insane Mega-Property”. Celebrity Net Worth. May 27, 2014.
  4. “Dr. Patrick Soon-Shiong Honored at the Vatican with the 2016 Pontifical Key Visionary Award”. Business Wire. April 29, 2016.
  5. “Soon-Shiong's NantKwest is spending more on stock buybacks than R&D”. FierceBiotech. Nov 13, 2015.
  6. “Why NantKwest Shares Fell 41% in January”. The Motley Fool. Feb 2, 2016.
  7. Gradishar W; and al. Phase II Trial of nab-pacitaxel compared withé Docetaxel as First –line chemotherapy in patiets with métastatic breast cancer. Clinic.Breast Cancer 2012; 12; 313-321. Alberts DS and al/ Phase II trial of bab-pacitaxel in the treatment of recurrent or persisten advanced cervix. Gynecologic Oncology 2012: 127; 451-455
  8. “Abraxane Sales Are Lower than Expected in 3Q15”. Market Realist. Nov 9, 2015.
  9. Walter Sneader, Drug Discovery, ediciones Wiley 2005, pag. 35. 
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jueves, 21 de julio de 2016

[Neo-nutrición] Cómo comer pescado sin envenenarse con su mercurio.

¿Le gusta el pescado? ¿y el marisco?... Muchas especies tienen altísimas concentraciones de mercurio. Esta semana en Neo-nutrición va a conocer un alga que lo elimina

Cómo comer pescado sin envenenarse con su mercurio

El pescado tiene propiedades nutricionales que lo convierten en esencial dentro una dieta equilibrada. Contiene proteínas de buena calidad y lípidos saludables… pero ¡ay! ¡También contiene mercurio! 

La culpa de que el pescado esté repleto de mercurio no la tienen los peces, sino el hombre. En el caso de Europa, las principales fuentes de contaminación son las emisiones de las centrales térmicas de carbón, calefacciones y cocinas y la industria del cloro, que vierten grandes cantidades de este material pesado a los mares y océanos. La minería y la eliminación de residuos también tienen parte de culpa. Algo de mercurio también llega a los mares de forma natural, a través de las emisiones que vierten los volcanes. 

El mercurio es un metal de color plateado cuya particularidad, única en los metales, es la de ser líquido a temperatura ambiente. 

También es un veneno de insólita violencia, tóxico para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel, los pulmones, los riñones, el corazón y los ojos. Numerosos estudios epidemiológicos han demostrado que el 85% de las enfermedades crónicas (cardiopatía coronaria, diabetes, artrosis degenerativa, hipertensión arterial, etc.) están producidas y mantenidas por intoxicaciones por metales pesados, como mercurio, plomo, cadmio, etc. 

Una vez liberado al medio, ciertas bacterias lo transforman en metilmercurio. 

El resultado es que el pececillo que todos los días absorbe una pequeña cantidad de mercurio al alimentarse de algas y de plancton acaba por concentrar mercurio en su organismo en un proporción más elevada que la que hay en el entorno (es lo que se llama bioacumulación). Los peces grandes, que a lo largo de su vida consumen miles de pececillos, se llevan la peor parte. Y es que el mercurio se va concentrando poco a poco en cada eslabón de la cadena alimentaria y, mediante el fenómeno que se conoce como bioamplificación, algunos peces que se encuentran en lo más alto de esta cadena acaban por tener un nivel de mercurio problemático: es el caso del atún, el pez espada, la lubina o el tiburón, y de peces como la raya, la platija y otros de crecimiento lento. 

Y si eso le pasa a los peces, piense ahora en el marisco. Almejas, ostras, vieiras, cigalas, bogavantes y langostas filtran constantemente el agua del mar, reteniendo en sus tejidos parte de los metales que encuentran en ella, tanto aquellos que forman parte de su composición natural como los que han llegado allí por culpa del hombre. 

Cuando nosotros, finalmente, ponemos encima de nuestra mesa un suculento plato de pescado, ese que sabemos que debemos comer con frecuencia como parte de una dieta saludable, en realidad estamos ingiriendo dosis y más dosis de mercurio, en algunos casos en una cantidad intolerable. 

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mercurio es uno de los productos químicos que plantean más problemas de salud pública. Hasta tal punto es así que 140 países (desde Albania a Zimbabue, pasando por España) firmaron el año 2013 el Convenio de Minamata sobre el mercurio, comprometiéndose a aplicar una serie de medidas para ir reduciendo las emisiones de mercurio y los productos que lo contienen. Sólo 28 lo han ratificado de momento. (1) (2) 

Quizá piense que el nombre del convenio, Minamata, se tomó del lugar donde se firmó. Pues no es así. Se trata de una ciudad de Japón, pero lo que allí ocurrió fue que se produjo en 1956 un envenenamiento masivo de personas por mercurio debido a la ingestión de pescado y de marisco contaminado por los vertidos de una empresa petroquímica. Hubo decenas de fallecimientos y miles de casos de problemas neurológicos, que aún persisten a día de hoy, así como nacimientos de bebés gravemente afectados. 

El mundo está algo más concienciado con los peligros de este terrible metal. Han desaparecido los termómetros de mercurio, y apenas se utiliza ya en los empastes dentales, pero pasarán décadas (si es que ocurre) hasta que realmente nuestros mares y océanos, y en consecuencia nuestros peces, estén libres de él. 

Prueba de ello es el dato que voy a darle ahora. 

En la Unión Europea existe un sistema de alerta rápida para piensos y alimentos, llamado RASFF (por sus siglas en inglés), que envía alertas a todos los países cuando un alimento presenta un riesgo grave y está en el mercado, lo que hace necesaria una actuación urgente. Pues bien, en el año 2015 se lanzaron 138 notificaciones por metales pesados en los alimentos. De ellas, 104 se refirieron a contenido de mercurio en pescado y otros productos pesqueros y (¡prepárese a leer el dato!), el 65% tuvieron como origen pescado español. (3) 

Resulta que nuestros pescados, apreciados en todo el mundo y que deben incluirse obligatoriamente como parte de nuestra dieta, están llenos de mercurio. 

Quelación de mercurio

En caso de intoxicación, a veces es necesario aplicar protocolos de quelación de mercurio para eliminarlo del organismo. Este procedimiento consiste en consumir un agente quelante (como el ácido dimercaptosuccínico o el dimercaptopropano sulfonato), que captura el mercurio del cuerpo, que al terminar el proceso elimina tanto el quelante como el mercurio que se ha adherido a él. 

Esta operación requiere el uso de moléculas químicas capaces de ir a buscar el mercurio a las células de grasa o donde se hayan quedado atrapado. Puede ser un procedimiento peligroso, pues se van a “liberar” y volver a “poner en circulación” en el cuerpo una importante cantidad de moléculas de mercurio que el organismo había aislado y enquistado, sabia y pacientemente. 

Existe otra modalidad de quelación intravenosa utilizando EDTA (etilén-diamino-tetracético), más eficaz que la quelación por vía oral. El tratamiento quelante intravenoso varía entre 20 y 40 sesiones. 

Pero en caso de intoxicación grave por mercurio, a veces no queda otra opción. 

Por qué es mejor evitar la acumulación en lugar de recurrir a la quelación

Como siempre, es mejor dejar a un lado el catastrofismo. Aunque es posible sufrir un envenenamiento por mercurio (lo cual es muy serio), no es algo frecuente. Y precisamente que sean casos tan raros también los hace más difíciles de diagnosticar por parte de los médicos, que no suelen alarmarse hasta que la intoxicación es evidente. 

La solución por evitar los peligros del mercurio procedente del pescado en nuestro organismo tampoco pasa por dejar de comer pescado, pues sería contraproducente, dado que los beneficios son mayores que los riesgos. 

Lo que debe hacer es tener un consumo razonable (dos o tres veces a la semana), tanto de pescado azul como blanco y preferentemente peces jóvenes y de pequeño tamaño (boquerones, anchoas, sardinas…). Salvo en caso de embarazo, que no deben consumirse pescados grandes ni marisco, pues el metilmercurio que contienen puede dañar el cerebro y el sistema nervioso del feto. 

Pero sobre todo, hoy quiero hablarle de otra solución, prácticamente desconocida en nuestro país. 

Se trata del alga chlorella, un alga unicelular que, además de tener el mayor porcentaje de clorofila del planeta y contar con interesantísimas propiedades nutricionales, tiene laincreíble capacidad de poder eliminar las toxinas del cuerpo, evacuando los metales pesados del organismo de quien los toma. 

Por eso quiero hablarle hoy de ella. Y más en unas fechas en las que, en vacaciones, es más frecuente tomar pescados y mariscos al borde del mar. 

Cómo actúa exactamente la chlorella

Este alga tiene la capacidad de unirse al mercurio (y al resto de metales pesados, productos químicos y algunos pesticidas) que acumulamos en el organismo, bloqueando parcialmente su absorción y facilitando su eliminación. Es decir, que en lugar de ir acumulándolos en el organismo, los expulsamos del cuerpo. 

Haría la misma función de los quelantes que hemos visto antes, pero de forma totalmente natural y muy suave. 

Más adelante le daré consejos concretos sobre cuánta chlorella tomar, pero le voy a adelantar uno: cuando vaya a tomar pescado o marisco y tema que vaya a aumentar el nivel de mercurio de su organismo (porque vaya a tomar atún, pez espada, ostras, almejas o bogavante, por ejemplo), puede tomar chlorella antes de sentarse a la mesa o durante la comida. Una vez en el estómago, antes incluso de ser absorbidas por el intestino, las moléculas de mercurio y de otros metales pesados se unirán al alga y su cuerpo podrá eliminarlas naturalmente por la vía intestinal. 

Pero hay algo importantísimo que debe saber: es tal el poder de atracción de los metales pesados y tóxicos por parte de esta pequeña alga, que es fácil que durante el proceso de cultivo se vea contaminada. Y esto es así porque igual que la chlorella tiene la capacidad de limpiar nuestro organismo porque atrae el mercurio, también tiene la capacidad de limpiar el planeta, y por ello necesita ser cultivada con enorme cuidado. 

Así, debe cultivarse en estanques situados en zonas apartadas, lejos de las zonas urbanas, industriales o agrícolas, y el agua usada para su cultivo debe ser objeto de constantes análisis (pH, residuos…). 

Cada lote debe analizarse antes de su salida al mercado mediante el estudio de su contenido en clorofila, carotenoides, proteínas, pesticidas, metales pesados (como plomo, arsénico, mercurio…), bacterias (Staphylococcus, Salmonella...). 

Si al adquirir suplementos siempre hay que poner mucha atención al elegir el proveedor, en el caso de la chlorella esta precaución debe ser extrema. Le sorprendería saber la cantidad de marcas de chlorella que, al analizarlas en un laboratorio, se descubre que contienen elementos tóxicos en concentraciones significativas. Y estará conmigo en que sería absurdo tomar un complemento para ayudar a su cuerpo a eliminar los tóxicos, y que a la vez se los esté introduciendo en el organismo… 

Por ello debe asegurarse de que adquiere la chlorella a un proveedor de confianza, que ponga a su disposición los resultados de los análisis técnicos que garanticen la ausencia de contaminantes. 

Estas son algunas preguntas que podría plantear al laboratorio: 

  • ¿La chlorella procede de un medio natural y salvaje o de estanques artificiales (que son más fáciles de controlar)?
  • ¿Verifican si hay contaminación de metales pesados en el proceso de cultivo y producción?
  • ¿Con qué frecuencia analizan los lotes de chlorella?
  • ¿Poseen certificados de cumplimiento de las condiciones de producción de la agricultura ecológica?
Sólo debe fiarse de laboratorios que sean claros en la mención de los criterios que siguen y cuya producción esté certificada como biológica. Aunque las generalizaciones siempre son algo injustas, nosotros solemos desconfiar de la chlorella procedente de China. La razón es que este país no tiene una normativa en materia medioambiental suficientemente rígida, por lo que en ocasiones los productos procedentes de allí están contaminados de metales pesados y tóxicos. Y cuando estamos hablando de un organismo tan sensible como la chlorella, no se puede admitir que sea cultivada en estanques sin suficiente control. 

¿Cuánta chlorella hay que tomar?

Usted debe decidir primero si lo que quiere es llevar a cabo un proceso de detoxificación con el que librarse de los metales pesados y tóxicos que ha ido acumulando en su organismo a lo largo de su vida, o bien utilizar este alga de forma preventiva, para no ir añadiendo más tóxicos a su organismo. 

  • Para limpiar en profundidad. Deberá ingerir entre 4 y 12 gramos de alga al día, repartidos en 3 ó 4 tomas, durante 6 a 12 meses. Las cantidades y duración del tratamiento dependerán del punto de partida de cada individuo, es decir, de la concentración de metales pesados en su organismo en el momento de iniciar este proceso de detoxificación. Hoy día pueden analizarse los niveles de metales pesados existentes en el organismo, pero como el tratamiento con alga chlorella es natural y suave, probablemente no valga la pena, por lo que puede hacerlo si quiere deshacerse del mercurio y otros elementos que ha podido ir acumulando en su organismo. (4)
  • Como preventivo. Tomar 4 ó 5 gramos de alga cada vez que coma pescado o marisco es suficiente. Es un medio simple, práctico y económico de evitar la acumulación excesiva de metales pesados por parte del organismo.
Consejo: para potenciar el efecto de la chlorella, se puede combinar el tratamiento con cilantro (Coriandrum sativum), de acción estimulante. 

El alga chlorella se encuentra en el mercado comercializada por distintos fabricantes y en distintas dosificaciones. Ya le comenté que la chlorella es también un alga de excepcional calidad y valores nutricionales (tiene gran cantidad de proteínas y además betacaroteno, vitaminas del grupo B, vitamina C y minerales). Hasta tal punto es así que, tras la Segunda Guerra Mundial, con tanta gente pasando hambre, se llegó a pensar que su cultivo podría resolver el problema de la superpoblación y la falta de alimentos. Pero esta idea se abandonó, ya que su producción necesita demasiados cuidados y, por lo tanto, es demasiado costosa como para servir de alimento básico. 

Para la finalidad de eliminar el mercurio del organismo, tanto de forma depurativa como preventiva, a nosotros nos gusta especialmente la chlorella que comercializa el Laboratorio SuperSmart, que cultiva de forma absolutamente cuidadosa y segura en Taiwan. Los resultados de sus análisis siempre están disponibles, y en ellos se puede comprobar su alta pureza: ni un miligramo de metales pesados y ninguna contaminación bacteriana. Recomienda una toma diaria de entre 5 y 10 cápsulas (como hemos comentado antes, la dosis varía según el efecto que busca quien la consume -una toma depurativa, preventiva…-). Esta chlorella posee una concentración de 500 mg de Yaeyama (una subespecie de la Chlorella vulgaris), que ofrece un mayor aporte de factor de crecimiento de chlorella (CGF) rico en ácidos nucleicos (ADN y ARN), clorofila y péptidos. 

Esta fórmula está especialmente pensada para extraer todo el potencial desintoxicante del alga chlorella, por lo que será un gran aliado para su salud, sobre todo si toma con cierta frecuencia pescado y marisco. 

A tener en cuenta

El alga chlorella no tiene efectos segundarios conocidos en las dosis estudiadas, pero se trata de un producto para adultos; no está recomendado para niños ni para mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. 

Contiene una pequeña cantidad de yodo (aproximadamente 600 mcg/100 g), por lo que las personas con problemas de tiroides deben consultar con su médico antes de tomarla. 

Si se anima a eliminar el mercurio y los productos químicos que ha ido acumulando, al disminuir la carga tóxica en poco tiempo notará que tiene más energía, menos fatiga mental, mejores digestiones (en esto interviene el alto contenido en clorofila de la chlorella) e incluso que duerme mejor. Además, al estimular los macrófagos y la actividad de los linfocitos T, aumenta la capacidad del sistema inmunitario para luchar contra virus y bacterias. También ayuda a equilibrar el pH del cuerpo y a controlar los niveles de azúcar en sangre y la presión arterial. 

Para adquirir ahora Chlorella del Laboratorio SuperSmart, haga clic en este enlace

¡A su salud! 

Felipe M. Miller 

****************************** 

Fuentes 

  1. El mercurio y la salud. Informe de la Organización Mundial de la Salud. Enero, 2016
  2. mercuryconvention.org
  3. The Rapid Alert System for Food and Feed (RASFF). European Commission. Preliminary Annual Report 2015.
  4. Dietrich Klinghardt, MD, PhD. The Klinghardt Neurotoxin Elimination Protocol. Bellevue, Washington, USA. October 2002/2nd edition Jan 2006.

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domingo, 17 de julio de 2016

Llevas toda la vida lavándote mal los dientes: así es como se hace.

© Proporcionado por El Confidencial Hala, hala, ¿dónde vas con tanta pasta? (iStock)

La salud dental es la gran abandonada por el sector público en nuestro país, un caldo de cultivo que ha hecho florecer clínicas por todas partes, compitiendo por ofrecer el mejor precio posible. El Consejo de Dentistas, organización colegial española, explicó el pasado diciembre que aquí hay más universidades de odontología por habitante que en toda Europa, y se ha llegado a hablar de burbuja, como en el mundo inmobiliario. Triplicamos -se dice pronto- la cantidad de dentistas recomendada por la OMS, y abundan las denuncias por intrusismo, malas prácticas y fraude.
Así las cosas, la cantidad de “expertos” privados opinando y aconsejando es mucho mayor que en el resto de aspectos de la salud, y debemos aplicar un filtro de especial escepticismo a todo lo que nos digan. ¿Qué publicará Colgate, que patrocina muchos de los estudios que aparecen sobre higiene dental, en cuanto a la cantidad de pasta necesaria?
Esa es, quizá, la mayor ventaja de la sanidad pública. Dificulta que pueda lucrarse nadieadornando la realidad, alarmando o publicitando mitos sin base científica.
Lavarse los dientes varias veces todos los días es un consejo que comparten dentistas públicos y privados, de grandes franquicias internacionales y de modestas clínicas de barrio. A partir de ahí, encontrarás todo tipo de variaciones contradictorias sobre cómo hay que hacerlo. Unos dicen que hay que lavarse una cantidad de minutos concreta -esto es como si la DGT nos dijera que se tarda siempre 23 minutos en llegar al trabajo: dependerá de la velocidad, entre otros factores-, otros que hay que hacerlo antes de comer, unos que el hilo dental es importantísimo y otros que es más bien peligroso…
Aquí vamos a recopilar solo las opiniones mayoritarias y daremos prioridad a las instituciones públicas, cuyo sesgo es, creemos, menos dañino. Se trata, en el peor de los casos, de ahorrar dinero a largo plazo para todos, y ello pasa por prevenir y formar a cuanta más población mejor.

El frotar se va a acabar

Una cosa está clara: la media de nosotros entiende que lavarse bien es hacerlo muy fuerte en vez de minuciosamente. El 'refrote' puede dañar el esmalte de los dientes y gasta los cepillos, curvando y aplastando las fibras. Así lo que conseguimos es lo contrario de lo que deseábamos, porque el cepillo, cuanto más estropeado, menos restos y bacterias elimina.
Por el mismo motivo, las cerdas deben ser lo más finas posibles. No elijas cepillos duros si no te lo ha recomendado tu dentista, porque llevan a estos vicios dañinos.
Si te cuesta no apretar, por la costumbre, y no te va mal así, te recomendamos que al menos cambies el cepillo a menudo.

Toda la boca y todos los rincones

Decimos “lavarse los dientes” pero deberíamos decir “lavarse la boca”. El cepillo debe recorrer las encías, la lengua lo más hasta el fondo que podamos (siempre suave) e incluso el cielo de la boca. La norma es limpiar todo, no solo lo que se ve.
Puede parecer obvio, pero mucha gente apenas se cepilla la cara posterior de los dientes. Para que nos entendamos, la parte que no se ve en los 'selfies' por mucho que sonrías.

Direcciones permitidas

Hay consenso sobre que lo que debe prevalecer es el cepillado desde la encía hacia el diente, mejor que al revés, pero casi todo el mundo lo hace de arriba abajo indistintamente, como si tuviera una sola línea de dientes. Hay que lavarse las dos, la de arriba y la de abajo, por turnos, centrándose en una cada vez.
Con dientes o encías delicados, también es correcto masajear un poco la unión entre dientes y encías con el cepillo pero sin arrastrar apenas las cerdas, ejerciendo una ligera presión circular.

Cepillo no grande, ande o no ande

Es bueno cambiar el cepillo, pero no tanto como te dirán algunos dentistas (cada tres o cuatro meses está bien) y ante la duda mejor que la cabeza sea pequeña, para que alcance mejor los rincones.
Los cepillos eléctricos 'andan solos' pero son más caros, porque además requieren pilas o cargador. Merece la pena la inversión cuando hay más complicaciones de movilidad, por ejemplo en los niños. Es típico hacerse con un cepillo eléctrico y creer que es para toda la vida: recuerda que hay que cambiar los cabezales.
Bien usado, el cepillo manual es igual de efectivo.

¿Cuándo?

La recomendación que más se repite es que es bueno hacerlo justo después de las comidas, pero hay estudios que concluyen que es mejor un rato después, incluso una hora, para dar tiempo a que el ácido de la comida se neutralice y el esmalte se recupere. No te preocupes demasiado por respetar este rato si no has comido cosas ácidas como zumo de naranja en cantidad, dulces con azúcar, vino o patatas fritas
Otro punto de consenso casi total: el cepillado más importante del día es por la noche. Acostarte sin hacerlo da tiempo y comodidades a la placa bacteriana y, por tanto, a la caries. Pónselo un poco más difícil, son solo unos minutos.
En cuanto a la archirrepetida "limpieza bucal anual" con el dentista, no tiene suficiente justificación científica. Hay quien la necesita cada varios años, quien debe hacerla dos veces al año y quien tiene la suerte de pasar sin ellas casi toda la vida.

El agua, más importante que la pasta

Los colutorios no siempre son recomendables, depende del caso concreto. Ten en cuenta que no sustituyen nunca a un lavado de dientes, porque en este la clave es el cepillo, no tanto los productos añadidos. La pasta conviene comprarla atendiendo a tus necesidades concretas (sensibilidad, dientes amarillos, etc.). Si no tienes dentífrico, mucho mejor cepillarte y enjuagarte con agua abundante que limitarte a usar un enjuague con flúor (te da buen aliento pero deja restos).
Después de un lavado “reglamentario” con su cepillo, su dentrífico y su hilo dental, no olvides que el agua es la segunda parte del proceso y es importante. Si el agua del grifo que estás usando es potable, es un buen momento para aprovechar y beber unos tragos. Es bueno para prácticamente todo en nuestro cuerpo, y también para los dientes, porque evita que la saliva se vuelva demasiado densa.

¿Y si pico entre horas?

En la práctica casi nadie se lava los dientes cada vez que come, porque también hay que trabajar, dormir y esos caprichos de la vida. Si encuentras dos huecos al día para lavártelos con calma, estupendo.
Entre horas, el Consejo de Dentistas recomienda, mejor que nada, un chicle sin azúcardespués del picoteo, porque genera saliva y aumenta el PH.
Y recuerda que, en lo tocante a la salud dental, un café o cualquier otra bebida azucarada es un picoteo, y no de los mejores.