martes, 29 de septiembre de 2015

La marihuana podría ser la próxima medicina universal.

Los debates han ido en aumento sobre la legalización de la marihuana ya que fue legalizada por primera vez para fines recreativos.
Cuando se descubrió que ciertas plantas de la familia del cannabis tenían propiedades psicoactivas que inducían a un estado de ánimo elevado, relajación y alucinaciones, los no usuarios le cogieron miedo a los posibles efectos secundarios de los grandes consumidores y en especial aquellos que se convirtieron en adictos física o psicológicamente.
Esta preocupación influyó en el nacimiento de campañas contra las drogas, así como de leyes y reglamentos para que la sociedad los evitara e hiciese cualquier interacción personal y médica con todas las plantas de la misma categoría, a saber, el cáñamo.
El temor inicial a la marihuana tenía a los investigadores limitados en la búsqueda de sus posibles beneficios para diferentes dolencias y preocupaciones, como cuando la Administración Federal de Drogas de EEUU la clasificó como una droga altamente adictiva sin beneficios médicos.
Tampoco pudieron invertir en la búsqueda de evidencias científicas nuevas que pudiesen demostrar lo contrario. Actualmente hay más indulgencia en las organizaciones controladas por el gobierno norteamericano, que muy bien podrían descubrir que la marihuana es la siguiente medicina universal basándose en los informes médicos y científicos recientes.
Hay diferentes variedades de marihuana, y algunas no poseen propiedades alucinógenas, que se activan sólo por la presencia del tetrahidrocannabinol. Otras variedades contienen cannabidiol que se ha demostrado que puede ayudar a calmar las convulsiones de los niños y de acuerdo con  Donald P. Land profesor y director científico asesor de Steep Hill Labs, un centro de investigación de cannabis en la Universidad de California.
Pero sus beneficios no se detienen en las convulsiones, dice Richard Feldman, director del Franciscan St. Francis Health .
En mayor o menor grado, el cannabis también puede aliviar enfermedades como la epilepsia refractaria, enfermedad inflamatoria intestinal, glaucoma, dolor de mayor escala y la fibromialgia. Las náuseas también se reducen, sobre todo cuando son el resultado de la quimioterapia, y los pacientes de esclerosis múltiple que utilizan la sustancia tienen menos espasticidad. Si bien se puede argumentar que no todos los médicos tienen fe en los beneficios de la sustancia con certeza, si el 70 por ciento de ellos lo creen, por lo que es posible que la marihuana pueda ser la próxima medicina universal.
Marcos Manasse es un paciente de esclerosis múltiple que obtuvo su receta de marihuana medicinal para el dolor. Ahora utiliza un servicio en el que él y los demás puede tener el fármaco suministrado por un dispensario autorizado y con la seguridad de este tipo de comercios que pueden entregar a domicilio y que tienen los registros de pacientes además de determinar las dolencias a tratar, e incluso pueden pedir el consentimiento de un médico. Este tipo de regulación probablemente impide que alguien pueda adquirir demasiada a la vez, además, se aseguran de que el tipo de cannabis que se envía es el más adecuado para su dolencia.
Además de ofrecer asistencia médica, un tipo de cannabis también puede aliviar algunas enfermedades mentales como el trastorno de estrés postraumático, estudio publicado por un grupo de científicos en la revista Neuropsychopharmacology y que centraron la investigación en un pequeño grupo de ratas traumatizadas que sufrían de miedo y ansiedad.  Según los investigadores, los cambios de “la conectividad dentro del circuito del cerebro después de un trauma, es restaurada por la administración de cannabinoides evitando que este cambio suceda.” Durante el último par de años, el estudio se ha ampliado incluyendo a los seres humanos con trastorno de estrés postraumático, en su mayoría veteranos de guerra, y se ha descubierto que la marihuana reduce sus síntomas en un promedio del 75 por ciento.
Los expertos actualmente han activado su estudio y sus efectos relacionados, dándose cuenta de que existen otras especies que potencialmente podrían ser buenas para la salud física y mental de la población humana. Por lo tanto, la marihuana podría ser la próxima medicina universal, si así lo permiten.
Jarick Roaderick

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domingo, 27 de septiembre de 2015

Los jabones antibacterianos no consiguen superar al jabón común.

Las manos no quedan más limpias cuando se usan ingredientes específicos para eliminar los gérmenes durante poco tiempo, según un estudio.

Traducido del inglés: viernes, 18 de septiembre, 2015

JUEVES, 17 de septiembre de 2015 (HealthDay News) -- Para dejar las manos limpias de bacterias, el jabón común y corriente es tan bueno como los jabones antibacterianos, según una nueva investigación.
Las pruebas de laboratorio realizadas por un equipo de investigadores coreanos revelaron que cuando las bacterias se exponen durante varias horas seguidas al triclosán, un ingrediente antibacteriano estándar de venta libre, la fórmula antiséptica es más letal que el jabón normal.
¿Cuál es el problema? Las personas se lavan las manos durante unos segundos, no durante horas. Y en las pruebas realizadas en el mundo real, el equipo de investigación no encontró ninguna evidencia que sugiera que lavarse las manos como se hace normalmente con un jabón antibacteriano haga nada más al limpiar las manos que el jabón común.
"[El] efecto antiséptico del triclosán depende de la concentración de la exposición y del tiempo", explicó el coautor del estudio, Min Suk Rhee, profesor en el departamento de biotecnología y en el departamento de biociencia y tecnología de los alimentos de la Facultad de Ciencias Biológicas y Biotecnología de la Universidad de Corea, en Seúl.
Pero la mayoría de las personas que se lavan las manos con un jabón antibacteriano lo hacen durante menos de 30 segundos, comentó Rhee, con fórmulas que contienen menos de un 0.3 por ciento de triclosán, el máximo permitido por la ley. Y esa combinación "no es adecuada para que haya un efecto antibacteriano", señaló.
Rhee y sus colaboradores resumen sus hallazgos en la edición del 16 de septiembre de la revistaJournal of Antimicrobial Chemotherapy.
El triclosán es el componente antibacteriano del jabón líquido. En las fórmulas del jabón de barra se usa el triclocarbán, según la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. Estos ingredientes han sido algo controvertidos. Hay quien sostiene que no hay evidencias científicas que respalden la afirmación de que estos productos son más efectivos que el jabón común. Otros han argumentado que estos ingredientes no son seguros.
Pero, según la FDA, no hay pruebas de que el triclosán no sea seguro. Pero la FDA advirtió de que los estudios con animales han planteado dudas con respecto a si la sustancia antiséptica podría interferir en la regulación hormonal normal, o contribuir a la resistencia a los antibióticos.
Para abordar ambas cuestiones, la FDA propuso en 2013 que se adoptara una nueva norma (a partir de 2016) que requiriera a los fabricantes de jabón realizar más investigaciones sólidas sobre la seguridad y la efectividad que respalden todas las características antibacterianas que se atribuyen al triclosán. Si la norma se aprueba finalmente, el hecho de no lograr aportar dichas evidencias resultaría en que se eliminen de la etiqueta del envase del jabón con triclosán todas las supuestas propiedades antibacterianas, o en que se retire el triclosán.
Para ver si el triclosán marcaba diferencias en cuanto al control bacteriano en el presente estudio, los investigadores colocaron 20 cepas de bacterias en tubos de ensayo de laboratorio. Expusieron los tubos de ensayo al jabón común y a un jabón que contenía un 0.3 por ciento de triclosán. Se calentaron previamente los tubos para imitar las condiciones típicas de temperatura que hay al lavarse las manos, según el estudio.
Cuando las bacterias fueron expuestas continuamente al triclosán durante periodos de tiempo muy largos (nueve horas o más), la sustancia antiséptica demostró tener unas propiedades antibacterianas "significativamente" más potentes, afirmaron los investigadores.
Pero la exposición en el laboratorio al jabón con triclosán durante solamente 10, 20 o 30 segundos no se tradujo en un efecto antibacteriano mayor que la exposición al jabón común durante un tiempo parecido, reveló el estudio.
Una prueba de seguimiento que contó con 16 adultos con un buen estado de salud confirmó estos hallazgos. En primer lugar, se expusieron las manos de todos los participantes a las bacterias. Luego se lavaron las manos y los antebrazos con agua caliente durante 30 segundos con jabón común o con jabón que contenía un 0.3 por ciento de triclosán, según el estudio.
El resultado: Ambos jabones fueron muy efectivos eliminando las bacterias y la diferencia entre ambos jabones "no fue significativa".
Aun así, Rhee afirmó que este resultado no es la última palabra sobre todos los productos de jabón antibacteriano.
"Nuestro estudio [solamente] significa que la presencia del triclosán en el jabón no siempre garantiza una eficacia antimicrobiana mayor al lavarse las manos".
Brian Sansoni, vocero del Instituto Americano de la Limpieza (American Cleaning Institute) en Washington, D.C., dijo que su organización cree que "los jabones y los lavados antibacterianos siguen siendo una parte de las rutinas higiénicas efectivas diarias para millones de personas interesadas en obtener un beneficio adicional en la eliminación de los gérmenes que ofrecen dichos productos. Tienen un largo historial de seguridad y efectividad, respaldado por décadas de investigaciones y datos científicos".
El Dr. Leonardo Trasande, profesor asociado del departamento de pediatría, salud de la población y medicina ambiental del Centro Médico Langone de la NYU en la ciudad de Nueva York, dijo que "este estudio refuerza claramente la idea de sentido común de que el jabón y el agua funcionan correctamente".
"La FDA ha mostrado cierta preocupación sobre la seguridad del triclosán, y este estudio muestra que quizá no proporcione ningún beneficio de todas maneras", señaló. "Así que yo diría que en la mayoría de los casos con el jabón común ya es suficiente. Y esto es lo que las madres han estado diciendo desde los años 30 y 40. Resulta que tenían razón".

Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Min Suk Rhee, Ph.D., professor, department of biotechnology, and department of food bioscience and technology, College of Life Sciences and Biotechnology, Korea University, Seoul, South Korea; Leonardo Trasande, M.D., associate professor, departments of pediatrics, population health and environmental medicine, NYU Langone Medical Center, New York City; Brian Sansoni, spokesman, and vice president, Sustainability Initiatives, and of Communication and Membership, American Cleaning Institute, Washington, D.C.; Sept. 16, 2015, Journal of Antimicrobial Chemotherapy
HealthDay

miércoles, 23 de septiembre de 2015

La bolsa de Doritos Gay pone en pie de guerra a los ultraconservadores.

¿Puede una bolsa de nachos determinar la orientación sexual de un adolescente? Algunos en Estados Unidos creen que sí. Tras el lanzamiento este mes de una campaña solidaria de la marca Doritos, en colaboración con el proyecto It Gets Better, que brinda apoyo a jóvenes que sufren discriminación en sus colegios por su orientación sexual, blogueros y columnistas conservadores se han rasgado las vestiduras. Doritos Rainbows —que se conoce con Doritos Gay: simplemente nachos de maíz empaquetados en una bolsa con los colores del arcoíris sobre un inocuo fondo blanco— empuja a los niños a hacerse gays, dicen.
El proyecto It Gets Better (“Mejorará”) nació en 2010 en Estados Unidos como un canal de vídeos para prevenir el suicido entre jóvenes LGBT. “El propósito es simplemente lanzar un mensaje positivo a esos adolescentes que están sufriendo acoso en los colegios para que sepan que su situación puede cambiar y que hay personas que les quieren como son”, explica Gonzalo Garrido, secretario de la organización en España. “Recibimos muchos correos que denotan un alto porcentaje de acoso en colegios”.
Sin embargo, poner el foco sobre las agresiones que muchos niños y niñas sufren en la escuela les ha parecido de lo más ofensivo a sectores ultraconservadores estadounidenses. La edición estadounidense de Rolling Stone recogía varias de estas reacciones. “¿Quiere saber a qué sabe lo gay? Pruebe Doritos Rainbows”, proclaman con sarcasmo desde la webAmerican Thinker , y añade que al tratarse de un producto dirigido a los niños, los introduce “a los goces de la homosexualidad”. Un columnista de Breitbart.com le dedicaba un “chúpamela” a Dan Savage, promotor de It Gets Better, una de esas expresiones que trasluce el conflicto interior de algunos homófobos. En Twitter, el hashtag #BoycottDoritossirvió de excusa para un sinfín de insultos y comentarios de pésimo gusto.
“Obviamente, no tienen ningún tipo de sentido estos comentarios”, zanja el sexólogo Juan Macías. Y explica: “La orientación no es una elección que se pueda manipular desde fuera. Igual que no se puede facilitar o provocar que alguien sea heterosexual, tampoco que sea homosexual”. Y añade que el problema está mucho más arraigado de lo que podamos pensar. “Reírse del niño con pluma, o amanerado, es casi un ejercicio de inclusión en un grupo de iguales. Y, además, es mucho más frecuente en población bisexual”. El secretario en España de It Gets Better se suma al debate: “El que es, es, y el que sale, sale”, dice Gonzalo Garrido. “Hay que aceptarnos como somos. Estas campañas no empujan a nadie. Nadie se hace ni decide serlo. Simplemente cada uno muestra lo que ya es en su interior”.
Insultos, burlas, agresiones…
Tratándose de niños y adolescentes, y de situaciones como insultos o burlas que rara vez terminan en denuncia (aunque también se dan agresiones), es difícil precisar la magnitud del problema. Pero hay encuestas, como la realizada para el estudio Convivencia y diversidad (2013), de José Ignacio Pichardo, profesor de Antropología Social de la Universidad Complutense de Madrid. De acuerdo con sus datos, la principal causa de hostigamiento en las aulas, según la percepción de los profesores, es “ser chico y parecer o comportarse como una chica”, por encima de ser gordito o por cuestiones de higiene.Cuatro de cada cinco estudiantes ha presenciado alguna vez insultos de carácter homófobo, y uno de cada cinco ha presenciado agresiones. Un 5% de las víctimas ha pensado alguna vez en el suicidio.
La campaña de Doritos no puede ser más blanca. Ni una imagen, ni un mensaje que pueda dar pie a divagaciones. “Lo han hecho muy bien”, opina Gonzalo Garrido, “porque al utilizar el blanco, que son todos los colores, con el arcoíris, que simboliza la diversidad, están metiendo a todo el mundo en el mismo paquete, que es lo interesante. De lo que se trata no es de destacar algo, sino de normalizarlo. En el caso de adolescentes, todavía muchos de ellos no se han etiquetado a sí mismos, simplemente se notan diferentes o perciben cierto rechazo, pero no saben ponerle nombre”.
“Estas campañas, cuando dan un mensaje de diversidad y se hacen desde el respeto, son totalmente favorables”, comenta el psicólogo y sexólogo Juan Macías. “Permiten que los referentes de los menores sean más amplios y tengan menos prejuicios. Otra cosa sería que se incluyeran imágenes sexuales o en las que aparecen desnudos, porque es verdad que hay momentos evolutivos en que no tiene mucho sentido este tipo de información, ya sea heterosexual u homosexual. La imagen de esta campaña es una cuestión de colores, de arcoíris… es muy ligera. Muestra la diversidad, y a quien lo quiera entender le permite acceder a ese referente”.

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domingo, 20 de septiembre de 2015

¿Acepta el reto? Cómo convertirse en una "máquina quemagrasas" en cinco pasos‏.

¿Se siente desfallecido después de almorzar? ¿Tiene calor y siente que le pesan los párpados? Incluso en plena reunión, ¿le resulta imposible resistirse a la fatiga y el sopor que le invaden? 

Son muchas las personas afectadas. Y todas creen que es normal. Pero no; no es normal. Si come bien, duerme bien y gasta la suficiente energía, no hay ningún motivo para que su cuerpo sienta ese agotamiento en pleno día. 

Sin duda, hay cosas que se pueden hacer para eliminar ese tipo de fatiga. 

¿A qué se debe la fatiga vespertina? La mayoría de las veces, este bajón al principio de la tarde suele ser indicio de hipoglucemia; es decir, de un nivel bajo de azúcar en sangre. Esto quizá nos sorprenda: ¿cómo es posible que nos falte azúcar mientras estamos con el estómago lleno? Aquí va la explicación. 

Dos tipos de hipoglucemia

Por lo general, nuestra tasa de azúcar es baja cuando tenemos el estómago vacío. Esto provoca impaciencia, irritabilidad y dificultad para concentrarnos cuando el hambre nos atormenta. Es lo que se denomina hipoglucemia basal o en ayunas. 

Pero la hipoglucemia también puede manifestarse tras una comida copiosa. Veamos cómo. 

Tras haber comido mucho, nuestra tasa de azúcar en sangre se dispara hasta niveles que resultan insostenibles para el organismo. 

Este pico de glucemia es más elevado cuanto más rica en glúcidos (pan, pasta, patatas, bollería, bebidas azucaradas…) es la comida, pues los glúcidos se transforman rápidamente en glucosa en el estómago, que pasa a la sangre. 

Demasiada glucosa en sangre es peligrosa; el organismo provoca una bajada de la glucemia segregando insulina, una hormona producida por el páncreas. La insulina ordena a las células absorber el exceso de azúcar presente en la sangre para estabilizar la glucemia, lo que hace que la tasa de azúcar en sangre disminuya. 

Así, debido al pánico provocado por el pico de glucemia derivado de una comida demasiado rica en glúcidos, nuestro cuerpo fabricará una cantidad exagerada de insulina. 

Es por ello por lo que no se consigue la normalización de la glucosa en sangre hasta valores de estabilización entre 80 y 120 mg/dL. El exceso de insulina provocará una caída excesiva del índice glucémico, de ahí la crisis de hipoglucemia. Es lo que denominamos hipoglucemia reactiva. 

En este momento, nuestro nivel de energía es más bajo, nuestra atención disminuye y el cansancio nos puede. 

En teoría, el cuerpo podría salir de la hipoglucemia quemando las grasas presentes en nuestras células. Pero si no lo entrenamos regularmente para quemar grasas complejas, no será capaz. 

Enseñar a nuestro cuerpo a utilizar mejor las grasas como fuente de energía nos ayudará a prevenir las crisis de hipoglucemia, lo que reducirá esa sensación de bajón tras el almuerzo. Y además conlleva también otras ventajas muy interesantes para nuestra salud. 

Póngase a prueba

Si bien nuestros antepasados estaban adaptados para quemar las grasas, un 99% de nosotros utiliza la glucosa como principal fuente de energía. 

¿Y usted? ¿Es “quemador de azúcares” o “quemador de grasas”? 

He aquí una sencilla prueba que le permitirá conocerse mejor. 

En primer lugar, pruebe a saltarse una comida hoy mismo. Hablo de una comida completa (lo que coma a media mañana o de merienda no cuentan). 

Observe cómo reacciona su cuerpo a este ayuno. 

Si se nota malhumorado, agotado y dispuesto a vender a toda su familia por una rebanada de Nutella, significará que quema los azúcares, pero no las grasas. Pero si se mantiene activo, concentrado y enérgico, significa que también sabe quemar grasas. 

Otra prueba: realice ejercicio físico o entrenamientos intensos con el estómago vacío, sin atiborrarse antes de barritas de cereales energéticas. 

Si el esfuerzo se le hace insuperable, significa que no puede quemar grasas. Si no sufre más de lo habitual, significará que su cuerpo puede quemar las grasas. 

Ventajas inmediatas de aprender a quemar las grasas

Si entrenamos nuestro cuerpo para que queme las grasas y las transforme en energía, podríamos evitar esas caídas de energía por la tarde. Pero disfrutaríamos, además, de otras ventajas. Tendríamos: 

  • Mayor cantidad de energía inmediatamente disponible a lo largo de todo el día. 
  • Menos inflamaciones crónicas asociadas a los azúcares, que conllevan enfermedades graves: diabetes de tipo 2, cáncer, alzheimer, parkinson, esclerosis múltiple, etc. Mejoraríamos nuestra sensibilidad a la insulina y a la leptina. 
  • Perderíamos masa grasa, sobre todo en el vientre. Al quemar naturalmente las grasas para usarlas como fuentes de energía, reduciremos la cantidad de grasas almacenadas en el tejido adiposo. Esto permite perder peso sin darnos cuenta. 
  • Seríamos más fuertes y resistentes. Quemar grasas permite ahorrar glucógeno (precursor de los azúcares) durante el esfuerzo, y utilizarlo cuando es realmente necesario. Mejoraríamos también nuestro rendimiento físico y quemaríamos una mayor cantidad de masa grasa. 
Es posible entrenar el cuerpo para que aprenda a quemar grasas. Éstos son los cinco pilares sobre los que deberá trabajar: 

Primero: sustituir los glúcidos por grasas buenas

Los glúcidos que debe evitar son los asociados a una alimentación a base de cereales (pan, pasta, bollería, patatas, repostería, etc.). 

Es muy importante sustituir una parte considerable de estos glúcidos por un aporte de grasas buenas: 

  • aceitunas y aceite de oliva (en crudo) 
  • aguacates
  • nueces, avellanas, almendras, cacahuetes naturales… 
  • coco y aceite de coco (para cocinar) 
  • aceite de cacahuete (en crudo) 
  • yemas de huevos ecológicos 
  • mantequilla a base de leche natural de vaca ecológica 
  • carne de ternera ecológica 
Evite los aceites modificados ricos en omega-6 (aceite de semillas de uva, de girasol, de germen de trigo, de maíz, de cártamo y de soja). 

Ya consumimos suficientes aceites con omega-6 sin darnos cuenta en chocolate, barritas de chocolate, carnes industriales de animales alimentados con cereales, comidas precocinadas, margarinas, etc. Los aceites con omega-6 son baratos y, por lo tanto, se utilizan ampliamente en las fórmulas industriales (de hecho, en todos aquellos alimentos en los que el coste de la materia prima se ha limitado al máximo). 

Las grasas saturadas no son necesariamente malas. Son un componente esencial de una dieta sana. 

Un objetivo razonable sería consumir de un 50 a un 70 % de nuestro aporte calórico en forma de grasas buenas; así reduciríamos automáticamente el aporte de glúcidos sin darnos cuenta siquiera. 

Además, al consumir una mayor cantidad de grasas que de glúcidos, nos sentiremos más saciados, pues las grasas son más consistentes y menos fáciles de digerir que los glúcidos. 

Si ha sustituido los glúcidos por grasas buenas pero sigue sintiéndose con hambre, es que debe consumir más grasas. No dude en recurrir a la variedad: entre aceitunas, carnes, aguacates, frutos secos y huevos, hay de sobra para elegir. 

Los aportes de glúcidos deberán proceder de verduras y legumbres (lentejas, guisantes, judías, vegetales de color verde, batatas…), que tienen un índice glucémico bajo. 

Segundo: ayunar regularmente

Nuestro cuerpo también tiene derecho a un descanso de vez en cuando. Al ser humano no le gusta ayunar por naturaleza y, por lo general, sólo lo hace obligado por las circunstancias. 

Pero nuestro cuerpo agradece el ayuno. Es como su día de descanso, que le permite disfrutar de un ambiente tranquilo, sin tener que hacerse cargo de esa masa de alimentos con que lo cebamos constantemente. 

Esto le permite hacer un gran trabajo de limpieza interior, y aprovecha este tiempo para quemar los desechos acumulados aquí y allá; se reorganiza interiormente, se purifica y se refuerza. 

Algunas culturas conservan la tradición del ayuno, una práctica que está resurgiendo en los países occidentales. 

Hoy en día, los investigadores confirman que el ayuno es excelente para la salud. Permite controlar el peso, tiene un efecto antiestrés y antiinflamatorio, etc. El ayuno nos ofrece esperanza en todos los sentidos. 

Ayunar es la mejor forma de animar a nuestro cuerpo a quemar las grasas disponibles en los tejidos. 

Pero, si actualmente se alimenta de comidas precocinadas, tentempiés y bocadillos de todo tipo, no se lance a ayunar de pronto. Empiece por consumir alimentos nutritivos y de calidad antes de saltarse cualquier comida. Si ayuna regularmente, observará que cada comida tiene una importancia crucial. 

Para practicar un ayuno intermitente, debe conocer bien su propio metabolismo. 

El cuerpo necesita de seis a ocho horas para agotar completamente sus reservas de glucógeno (azúcar). Transcurrido este tiempo, nuestro cuerpo empezará a quemar grasas. Si recarga sus reservas de glucógeno cada ocho horas, su cuerpo lo tendrá más difícil para utilizar las grasas como combustible. 

Una forma sencilla de practicar el ayuno intermitente consiste en reducir a ocho horas el periodo del día en que comemos, en lugar de picotear durante todo el día. Así, cada día de ayuno intermitente dejaríamos de comer durante un periodo de 16 horas. 

Por ejemplo, puede desayunar a las 9 de la mañana y cenar ocho horas después, a las cinco de la tarde. Asegúrese de que cada comida sea lo suficientemente consistente. 

Esto concede al cuerpo un respiro de 16 horas durante las cuales aprovechará para ponerse en modo “quemador de grasas”. Cuando el cuerpo se haya habituado a quemar grasas, se sorprenderá de la facilidad con la que acaba olvidándose de todo tipo de aperitivos y golosinas. 

El ayuno intermitente no está indicado para enfermos de Addison (insuficiencia suprarrenal secundaria), pacientes con estrés crónico o problemas de cortisol ni para mujeres embarazadas o lactantes. 

Tercero: ejercicio físico

El ejercicio físico crea sinergias con el ayuno intermitente. Acelera el metabolismo, forzando la combustión del glucógeno y de las grasas, convirtiéndolos en energía. 

Gracias al deporte, desarrollamos una mayor atención y nos volvemos menos sensibles al cansancio propio de las primeras horas de la tarde. 

Para conseguir unos resultados óptimos, conviene hacer ejercicio por la mañana, antes del desayuno. 

El ejercicio intensivo a intervalos mejora los niveles de energía. Consiste, por ejemplo, en correr a plena velocidad durante 20 segundos, retomar el aliento durante 10 segundos, y luego volver a correr durante 20 segundos, encadenando un total de 8 series sucesivas. 

Cuarto: desconfiar de la vida de oficina

Permanecer todo el día sentados en una oficina no es para nada natural. Además, esta posición afecta muy negativamente a la salud en general. A la larga, estar sentado aumenta el riesgo de enfermedad crónica y reduce la esperanza de vida. 

Podrá cambiar su dieta y ayunar todos los días, pero si permanece sentado y sin moverse todo el día, su nivel de energía será equivalente al de un caracol. 

El cansancio de la tarde también se combate evitando la inmovilidad. Por lo tanto, conviene intentar trabajar de pie durante el mayor tiempo posible. 

Cuando tenga que desplazarse, evite atravesar la oficina arrastrando los pies. En su lugar, aproveche sus desplazamientos para caminar a paso rápido y desentumecer las piernas. Suba y baje las escaleras corriendo. 

Quinto: dormir bien

No podemos esperar estar en plena forma todo el día si no dormimos lo suficiente. 

Es algo evidente, pero que es necesario repetir en una época en que pantallas de todo tipo consiguen mantenernos despiertos hasta altas horas de la noche. 

¿Se anima con este reto? Ahora que ha acabado el verano y hemos empezado el nuevo “curso”, es el momento perfecto para adoptar buenos hábitos. Por eso le invito a convertirse en una "máquina quemagrasas" y a compartir con el resto de lectores de Tener S@lud su rutina, sus trucos y su evolución en este enlace

¡A su salud! 

Juan-M. Dupuis 




Fuentes: 

  1. Referencia general: Artículo del Dr. Joseph Mercola, How To Banish Afternoon Fatigue, publicado el 13 de septiembre de 2013. 
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¿Y usted, es “quemador de azúcares” o “quemador de grasas”? Si ya lo ha descubierto, le animamos a compartirlo con el resto de lectores de Tener S@lud haciendo un comentario en este enlace


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lunes, 7 de septiembre de 2015

Todo lo que hacemos mal en un baño público (sentarse en la taza es lo de menos).

Cada vez que utilizamos el baño de un bar, un cine o un centro comercial, andamos pendientes de quenada nos roce la piel, pensando que hordas de gérmenes con caras microscópicas de orcos pueden atacarnos. Pero, ¿hasta qué punto podemos realmente enfermar por entrar en contacto con la taza del inodoro?
La falta de higiene está descrita por la OMS como uno de los principales factores de riesgo para la adquisición de enfermedades infecciosas. Si esto lo situamos en un contexto como es el uso de baños públicos, es fácil entender que todo tipo de ideas de contagio se nos vengan a la cabeza, pensado que las condiciones de limpieza necesarias quizá no sean las más adecuadas: ese baño lo han utilizado numerosas personas a lo largo de un día, incluso aunque en ese tiempo haya sido desinfectado.
“La superficie de un baño sucio puede llegar a convertirse en un lugar idóneo donde los microorganismos encuentren las condiciones necesarias de humedad y temperatura para poder crecer y desarrollarse”, apunta la doctora Alejandra Pérez-García, del departamento Microbiología Clínica de la Clínica Universidad de Navarra.
Los principales microorganismos que pueden encontrarse colonizando este tipo de hábitat son micrococos, estafilococos, corynebaterias, estreptococos… Y son los campeones de la resistencia. La revista de la Sociedad Estadounidense de Microbiología publicó en el número de diciembre un curioso estudio realizado en cuatro baños públicos de la Universidad de San Diego, dos de mujeres y dos de hombres, dos abiertos a todo el público y dos de uso exclusivo de profesores. Analizaron los asientos de los inodoros, el suelo frente a ellos y los dispensadores de jabón. Limpiaron todo concienzudamente con lejía antes de comenzar y luego tomaron muestras durante ocho semanas. El resultado fue tajante: las bacterias son muy cabezotas. Solo una hora después de la desinfección, los microbios habían regresado al baño y había 6.200 bacterias por centímetro cuadrado, el 45% de origen fecal y otro 45% asociadas a la piel, tanto en las tazas de los inodoros como en los dispensadores de jabón. Aunque los baños se limpiaran mucho, entre cinco y ocho horas después su estado volvía al punto de partida, y no había diferencias entre los aseos cerrados y abiertos, ni entre los de hombres y mujeres. Los científicos averiguaron que una de las claves de la dispersión bacteriana era la descarga del agua de la cisterna sin cerrar la tapa: como si un aerosol dispersara bacterias fecales por doquier.
Entonces, ¿mejor no sentarse en el retrete de un baño público o hacerlo pero con papel en la taza? “Lo mejor es siempre evitar sentarse en la taza", asegura la doctora Pérez-García, "hay quien dentro de sus recomendaciones, emplea el uso de plásticos sobre la superficie de la taza o la seca con papel. Eso evita mojarse pero no elimina los posibles microorganismos que estén ahí mismo localizados y, por otro lado, no es frecuente la existencia de plásticos protectores en los aseos públicos. La precaución, sin que produzca un estado de alarma, es necesaria por la falta de higiene real que se da en estos sitios, así que la respuesta es sí, es necesario tener precaución en su uso y evitar apoyarse”.
Sin embargo, y antes de morir de repugnancia, la buena noticia es que las probabilidades de contraer una infección por el mero hecho de sentarnos en un aseo público, incluso contaminado con agentes patógenos, son muy pocas. “Una persona sana que entre en un aseo público que esté mantenido en las condiciones de higiene que suelen darse en nuestras pudientes y reglamentadas sociedades desarrolladas, tiene una probabilidad bajísima de sufrir una infección [se siente o no]”, sostiene Miguel Vicente, profesor de Investigación del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología y presidente de la división de Bacteriología y Microbiología Aplicada de la International Union of Microbiological Societies (IUMS)Para contraer una enfermedad, la piel de la persona que está usando ese inodoro debería tener una herida y que el virus maligno en cuestión accediera a través de ella. "Y no es imposible, pero tampoco lo habitual".
¿Y si el baño está hecho un asco? “Si nos ponemos en el otro extremo, si entramos a un aseo que está realmente descuidado y utilizado por un enfermo que padezca una grave infección intestinal, entonces esas probabilidades de sufrir una infección aumentan, en especial si además nosotros mismos no guardamos las mínimas condiciones de higiene tales como lavarnos las manos tras utilizarlo. Gran parte de las infecciones intestinales se transmiten por vía digestiva, con los alimentos contaminados o con la suciedad de nuestras manos si han entrado en contacto con las heces de un enfermo, o incluso si se ha compartido la misma toalla”, añade el investigador del CSIC.
Más que la taza del váter, lo que ha de preocuparnos es que se nos olvide lavarnos las manos después de usarlo
Esa es la clave. Más que la taza del váter, lo que ha de preocuparnos es que no se nos olvide lavarnos las manos después de usarlo, porque hay numerosas superficies cotidianas, como grifos y encimeras, convertidas en verdaderos resorts de lujo con pulserita de todo incluido para los gérmenes. El doctor Chuck Gerba, profesor de Microbiología de la Universidad de Arizona, ha descubierto en sus estudios que el asiento de un inodoro dentro de la media contiene unas 50 bacterias fecales por cada 2,54 cm cuadrados (una pulgada cuadrada), lo que la convierte en una de las superficies más limpias del hogar en lo que a gérmenes se refiere, y muy por debajo, por ejemplo, del teléfono móvil, con 10 veces más bacterias fecales; la tabla de cortar de la cocina, con 200 veces más; el escritorio de la oficina, con 400 veces más; o el campeón de los microbios, el trapo de secar, con 20.000 veces más, especialmente de la bacteria E. coli, que por sí sola no causa graves enfermedades pero es un indicador de que hay restos de heces.
Uno de los últimos estudios de John Oxford, profesor de virología de la Universidad de Londres y director del Consejo de la Higiene, un organismo internacional que compara estándares de higiene en todo el mundo, examinó muestras de hogares de nueve países distintos y descubrió que el 21% de los trapos de cocina visiblemente limpios tenían altos niveles de contaminación, seguidos del interior de las neveras: más del 40% de las casas tenían altos niveles de bacterias y moho, mientras que el 36% de las toallas de cocina presentaban niveles inaceptables (estos y otros datos igualmente inquietantes se pueden consultar en la web del Consejo de la Higiene).
“Una de las partes de una casa que menos gérmenes contiene es el aseo, y concretamente el inodoro. Se debe a dos razones. Una, que se tiende a limpiar de forma más meticulosa; y otra, que las bacterias encuentran poco de lo que alimentarse en él. Por el contrario, uno de los lugares con mayor contaminación es la cocina, y dentro de ella la esponja con la que se friegan los platos. Las bacterias que la habitan suelen asimismo ser inocuas y lo peor que suelen hacer es pudrir la comida fresca con la que puedan entrar en contacto, pero proliferan porque la cantidad de alimento que encuentran es allí mayor. Normalmente, la limpieza de los utensilios de cocina si se realiza de forma correcta, con detergentes adecuados, elimina a la mayoría de las bacterias. Secar los utensilios al aire tras su limpieza es también una precaución importante, ya que elimina los pequeños depósitos de agua donde podrían crecer. Tanto en el aseo como en la cocina, es preferible utilizar detergentes en dispensadores mejor que pastillas de jabón en las que las bacterias pueden multiplicarse a placer”, agrega Miguel Vicente.
Pero no se trata solo de “no tocar nada” al entrar en los baños públicos. Aunque esté todo limpio, otro estudio publicado en la revista Journal of Hospital Infection por investigadores de la Universidad de Leeds en el Reino Unido concluyó que la dispersión de bacterias en el aire es 27 veces mayor alrededor de un secador de manos que con las tradicionales toallas de papel y peor aún si el secador es uno de esos nuevos de introducir las manos entre chorros de gran potencia. La misma explicación al descargar la cisterna sin bajar la tapa: las bacterias (fecales y de todo tipo) salen disparadas a modo de aerosol contaminado que puede respirarse o tragarse. “En estos casos hay que entender que lo más probable es que en su mayoría nos traguemos los mismos microbios que nosotros acabamos de depositar, lo que solo será un peligro si padecemos una infección”, agrega el experto del CSIC. “Los aerosoles producidos en estos casos pueden contener el germen que provoca infecciones respiratorias que en las personas sanas suelen resolverse sin graves consecuencias, pero no así en quienes están debilitados por otras enfermedades, en cuyo caso pueden causar mayores problemas”.

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martes, 1 de septiembre de 2015

MASAJE SUECO, BENEFICIOS Y ORIGEN.

BENEFICIOS.

El masaje sueco es un tipo de masaje destinado a eliminar las tensiones y a reafirmar músculos y articulaciones. Su efecto tonificante y relajante favorece la circulación sanguínea y linfática. 
La eliminación de toxinas ayuda al cuerpo a reencontrar su equilibrio natural.
¿Por qué se llama así?
ORIGEN.
El masaje es quizás una de las técnicas curativas más antiguas del mundo: hunde sus raíces en las civilizaciones china, egipcia e hindú, pero, sobre todo, en la greco-romana. 
Inspirándose en ellas, el médico sueco Peter Henrik Ling (1776-1839) creó un completo sistema de ejercicios físicos con el objetivo de corregir y fortalecer las deficiencias corporales conocido como ‘sistema Ling del movimiento’, que combinaba ejercicio, masaje y sauna. Para desarrollar su técnica, Ling se inspiró en sus conocimientos en anatomía, educación física, esgrima y en su convencimiento del poder del pensamiento sobre la mente. Y para demostrar la eficacia de sus hallazgos fundó en 1814 en Estocolmo el Royal Gymnastics Central Institute.
Aunque tuvo que pasar un siglo para que su trabajo fuera reconocido y sus técnicas empleadas, primero en Estados Unidos y, más tarde, en Europa. Hoy en día, la mayoría de las modalidades de masaje terapéutico occidental tienen su origen en el masaje sueco.
Años más tarde un médico holandés, Johann Mezger, se encargó de difundir el método de Ling aplicando el masaje sueco dentro de un modelo médico creado por él, lo cual fue crucial para la expansión del masaje.
Hoy en día se trata de un masaje instalado en todo el mundo, y se lo conoce por ser muy sencillo y tener grandes beneficios para la salud. Básicamente el masaje sueco se constituye de los siguientes movimientos:
  • Effleurage
  • Petrissage
  • Fricción
  • Tapotement
  • Vibración
Todos estos movimientos dan forma al masaje sueco, y sus beneficios puedes comprobarlos por ti mismo. Recibe un buen masaje sueco y convéncete de las ventajas de darte una dosis semanal de él.


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