domingo, 24 de diciembre de 2017

PAS Personas altamente sensibles.

Por: Patricia Ramírez




PAS son las siglas de “personas altamente sensibles”. Personas que perciben el entorno de manera distinta, con mayor sensibilidad. A pesar de que su definición no está recogida en ningún manual de psicología, este  rasgo de la personalidad fue descubierto por la psicóloga Elaine Aron en 1975, que terminó escribiendo el libro The Highly Sensitive Person. Dos de cada diez personas son altamente sensibles y esto tiene sus ventajas y sus desventajas.

Las personas altamente sensibles reconocen sufrir más que los demás y vivir en un mundo en el que no se potencia y se valora esta sensibilidad ya que todo se orienta hacia la falta de sentimientos. Un mundo en el que se trata de sobrevivir, de ser ambicioso, donde prima más lo material que lo espiritual y artístico. Un mundo en el que gana el más fuerte. De hecho, un exceso de sensibilidad es considerado como un rasgo de debilidad y de sufrimiento, que impide a las personas sensibles competir al nivel que lo hacen los otros.
La investigación sobre el cerebro de los PAS explica que esta particularidad puede deberse a que muestran más actividad cerebral en el hemisferio derecho. Son personas con sentimientos, emociones y creatividad a flor de piel. Los datos obtenidos en las resonancias señalan más actividad en el lóbulo frontal y en la amígdala.
Ser una persona altamente sensible no es algo malo ni algo bueno, sino una forma de ser. Muchas de ellas dicen sentirse incomprendidas, lo que les lleva al aislamiento. A los ojos de los demás, el mundo de los PAS es más complicado y profundo, difícilmente comprensible.
10 características de las personas altamente sensible.
1- Empatizan bien con los demás. Reconocen emociones en las expresiones faciales, ya desde niños, que a muchas otras personas les pasan inadvertidas. Interpretan gestos, caras, detalles que les permiten sentir de una manera distinta. Su nivel de empatía puede provocarles un profundo dolor, ya que las pruebas de resonancia confirman que cuando perciben el sufrimiento ajeno, en su cerebro se activa un dolor similar al que sufre la otra persona.
2- Son más vulnerables a sufrir trastornos depresivos o de ansiedad. En este sentido es importantísimo enseñarles a gestionar sus emociones desde pequeños. No ningunees los sentimientos de la persona sensible. A ti puede parecerte carente de sentido que sufra por determinadas situaciones que a ti te dejan frío. Pero trata de ser comprensivo con ellos, de hablar y de entender otra realidad que no es la tuya. Enseña a tus hijos a ponerle nombre a las emociones, identificarlas y aceptarlas.
3- Disfrutan de la soledad. En ella pueden perderse en su mundo de emociones, se aíslan del ruido y dan rienda suelta a su creatividad. La soledad es silencio, armonía, paz, un momento para sentir.
4- Perciben el ruido, la luz y los olores de forma extrema. Muchos PAS dicen sentirse agobiados en espacios donde hay mucho ruido, alboroto y mucha gente. Les puede molestar el exceso de luz y tienen el sentido del olfato más desarrollado. El sonido de los petardos, ambulancias y coches de policía o la música muy alta son ruidos incómodos para ellos. También pueden ser sensibles a las etiquetas y a la ropa que no esté hecha de tejidos naturales.
5- Su hipersensibilidad les lleva a sufrir más, pero también a disfrutar y sentir más. Se emocionan con facilidad, muestran una sensibilidad al arte, al amor, se entregan en la pareja y en las relaciones personales. Para ellos la amistad, una experiencia, un paseo o un cuadro, puede llegar a tener un sentido superior. Esto puede generar incomprensión. Evitan películas violentas, los conflictos, escenas de crueldad y sufrimiento.
6- Se sienten incómodos en el mundo de la competitividad, de la dureza y de la ambición. Perciben el rechazo de aquellos que catalogan al sensible como alguien incapaz de enfrentarse a un mundo competitivo. La imagen de éxito actual es la del valiente, extrovertido, líder, locuaz, comunicativo, divertido, todoterreno. Una imagen que no casa con la forma de ser del PAS.
7- Pueden ser introvertidos y tímidos. No son las personas que toman la palabra, que entretienen al grupo, que tienen la iniciativa y deciden los planes.
8- Se abruman fácilmente con el exceso de ritmo y actividad. Los cambios en los planes, lo inesperado puede desubicarles y generar una respuesta de ansiedad. Esto les produce susto. Y la idea de tener que hacer muchas cosas les bloquea.
9- Disfrutan con los detalles de la vida. La luz natural, un paseo relajado, los olores agradables, una sobremesa tranquila, una conversación profunda, el arte, una película sensible, la tarjeta postal escrita a mano que reciben por su cumpleaños. Se pierden en el detalle, son capaces de encontrar el regalo perfecto para cada persona pensando en sus gustos y sentimientos. Les encantan los detalles.
10- Son sensibles a la cafeína y a todo lo que afecta su sistema nervioso. Por ello es importante trabajar la meditación y la relajación, descansar e imprimir el ritmo de vida adecuado.
En los casos de niños hay que estar especialmente atentos. Cualquier situación puede ser un estrés y no siempre tienen las herramientas adecuadas para resolverla. Los niños no siempre saben expresar y comprender qué les ocurre. Perciben el sufrimiento pero no saben ponerle nombre.
Es muy importante el tipo de Pigmalión que puedas ser con el niño. Si eres un maestro, un ejemplo, un guía, un acompañante, con amor y comprensión, podrás sacar lo mejor de esta persona. Pero también puede ocurrir todo lo contrario.

Ser un PAS puede llevarte a vivir una vida plena, pero también a tener un nivel de sufrimiento mayor. Son importantes las elecciones que hagas, como el tipo de pareja, de amigos y el tipo de profesión.

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