lunes, 30 de septiembre de 2013

La fibromialgia y el síndrome de fatiga provocan que el cerebro «acabe desequilibrado»

GIJÓN


01.06.13 - 00:22 - 



«El dolor sirve como señal de alarma y cuando se hace crónico pierde esa capacidad de señalar que algo no va bien». Pedro Montoya, catedrático de Psicología Biológica de la Universidad de Islas Baleares, advirtió ayer a los enfermos de fibromialgia y síndrome de fatiga crónica que acudieron a un ciclo de conferencias organizado por la Liga Reumática de Asturias, que sus dolencias, además de modificar sus hábitos de vida, cambian también su cerebro. Apuntó que este órgano cambia constantemente en función de las señales que reciben pero que tras las constantes transformaciones que le obliga a realizar el dolor crónico «acaba desequilibrado».
Esto produce algunos inconvenientes derivados, aseguró el científico, como una marcha más lenta y pérdida de equilibrio. «Si le pides a un enfermo de fibromialgia que cierre los ojos, le cuesta mantener la posición y se inclina hacia delante y hacia atrás», explicó. Para tratar de evitar la aparición de este tipo de impedimentos, Montoya recomendó recurrir el uso de medicamentos para mantener a raya el dolor. Avanzó también que, junto con el resto de su equipo, está desarrollando métodos para medir el dolor que sirvan «como herramienta en el tratamiento clínico».
Manuela García, presidenta de la empresa organizadora, aprovechó la introducción de las conferencias para criticar las dificultades que tienen los afectados por fibromialgia, 25.000 en Asturias y el síndrome de fatiga crónica, que padecen entre 350 y 430 personas por cada 100.000 habitantes, para que se les reconozca una incapacidad laboral. Pidió, asimismo, «más respeto» para quienes sufren este tipo de dolencias.

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